jueves, 11 de junio de 2009

¿Sólo uno?

El mundo está hecho para packs de dos.
En un restaurante.
- Mesa para uno, por favor.
- ¿Sólo uno?
- Sí, sólo uno.
Nunca preguntan “¿sólo dos?”. Y no es que dos sea un número mucho más grande que uno… Llegas a tu mesa en el peor rincón del restaurante, porque las mejores mesas están reservadas para grupos grandes. En realidad, la concepción de grupo grande es de dos a cuatro personas. (Números pares, por supuesto).
Pacientemente esperan a que te sientes. Te dan la carta y, de repente, empiezan a quitar cosas de la mesa: el otro plato, los otros cubiertos, el otro vaso, la otra copa, la otra servilleta… Vamos, que parece que ha pasado un huracán por tu mesa. Y es que no tienen mesas de uno. Todas las mesas están preparadas para dos, mínimo. Te dejan las flores. Me imagino que lo hacen por hacerte un favor y que tengas compañía mientras comes. ¿Acaso quiero compañía? Da igual. Todos deducen que sí. Pobre, es que está sol@.
En el menú las cosas más apetitosas tienen una nota: “Mínimo dos personas”. Es decir,
Que los singles tampoco tenemos derecho a disfrutar de ciertas comidas, porque no merece la pena cocinar para uno.
Después de cenar sol@, y soportar miradas de pena, decides ir al cine. Está bastante lleno, pero encuentras un buen sitio por el centro de las butacas (la parte de atrás suele estar “reservada” para parejas). Tres sitios libres (¡nadie va a ningún sitio en tan atrevido número impar!). Te sientas en el centro y estás tan content@ con el espacio extra que te proporcionan las butacas vacías de los lados.
Empieza la película y ya estás totalmente relajad@; hasta se te ha olvidado la mirada de pena que la persona de la taquilla te ha dedicado por pedir una entrada.
- ¿Sólo una?
- Sí, sólo una.
En el minuto tres de la película aparece una parejita que decide sentarse a tu lado. Pero claro, no se van a sentar separados; sería inconcebible.
- ¿No te importa cambiarte de sitio?
- No, claro.
- Como sólo eres un@ y nosotros dos…
Ya, ya veo que sois pareja. ¿No había otro sitio en todo el cine? No importa, como sólo es un@... Lo peor de todo es que además de j•o•d•e•r•t•e el sitio, te j•o•d•e•n la película con el ruidito de sus besos y sus comentarios.
Por supuesto que me alegro de que haya parejas en el mundo. Pero igual que yo respeto su elección, me gustaría que respetasen la mía. Quién sabe si con el tiempo estaremos en posiciones opuestas…
El acoso a los singles continúa. Vas de viaje y todas las habitaciones son dobles. Si la quieres de uso individual, tienes que pagar suplemento. Si vas al parque de atracciones, necesitas esperar hasta que aparece otro single, porque las atracciones también están diseñadas para packs de dos. Además, da la casualidad de que todos los que te rodean son parejas o familias con un número par de miembros.
Las bodas también son territorio hostil para solteros, sobre todo si te han colocado en una mesa con parejas. Tienes que esperar hasta que se sienten las parejas, porque no puedes sentarte en cualquier sitio, no vaya a ser que alguno de estos packs se tenga que dividir por una noche. ¡Por unas horas! Además, comerían a menos de un metro el uno del otro, que tampoco es que los estés mandando uno a cada mesa. No, se tienen que sentar junticos.
Los solteros que lean esto me entenderán perfectamente. Y las parejitas… bueno, si uno no lo entiende, ya se lo explicará el otro. No creo que ande muy lejos.

1 comentario:

  1. Por desgracia, no sólo los solteros sufren el síndrome del "solo uno"
    A los que tenemos a nuestra pareja lejos,esos pequeños detalles nos lo recuerdan cada día, por si no fuera demasiado duro el hecho en sí.
    Tienes suerte de no tener que imaginarte ninguna silueta en el hueco de la silla de al lado. suena cursi pero es así. un beso

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